viernes, 1 de octubre de 2010

SU MAJESTAD EL SOL

Coquito era un niño robusto y sano, mientras que Carolina, su hermana era débil y enfermiza.
La madre de los niños era viuda, no podía satisfacer todas las necesidades de sus hijos. Le resultaba muy difícil comprar a su pequeña las medicinas que requería debido a su mala situacion económica.
Una tarde, Coquito dijo a su mamá:
-Mañana iré a la colina al encuentro del sol.
Como sé que los rayos solares dan vida, salud y alegría, se los traeré para Carolina.
Al amanecer del dia siguiente, el niño subió a la colina más cercana llevando consigo un frasco con tapa. Sobre una ladera brillantemente alumbrada abrió el depósito y estuvo largo rato exponiendo el interior a los saludables rayos solares. Tapó luego el frasco y retornó a casa convencido que llevaba a su hermanita salud y alegría.
Al pasar por el bosque, Coquito tuvo la curiosidad de mirar el interior del frasco. Mas no vio nada. El recipiente estaba vacío y frío. Desilusionado se sento sobre una piedra a llorar su desgracia.

De pronto, apareció una encantadora niña, tan pequeña, que bien hubiera cabido dentro del recipiente. Saltando sobre las rodillas de Coquito, le dijo: -Seca tus lágrimas, buen niño y no llores más; alza el frasco y sube no sólo a la colina, sino más arriba hasta llegar a la ladera más alumbrada de la cima de aquella alta montaña, donde su majestad, el Sol, está más cerca. El te dará los rayos de su blonda cabellera que tanto ansías y así podrás devolver la salud a tu hermanita.
El niño secó sus mejillas y dando las gracias a la preciosa pequeñita, trepó y trepó con gran entusiasmo hasta llegar a la cumbre de la montaña.
-¿ Qué te trae por aquí, amiguito?
-preguntóle el astro Rey.
-Buen Sol, dame por caridad un rayito tuyo para curar a mi hermanita enferma -contestó el niño.
-Toma cuanto quieras, muchacho -accedió el Rey de las estrellas.
Coquito recogió muchos rayos del Sol, hasta llenar el frío frasco, taponándolo bien.
Luego, dándole gracias al Sol, bajó en un instante la montaña y llegó jadeante a su casa, gritando muy contento:
-¡Mamá, traigo muchos rayos del Sol para mi hermanita!
Cuando destapó el frasco, los rayos de oro iluminaron la casa llenándola de calor y alegría. Carolina, deslumbrada, saltó de la cama y exclamó:
-¡Me siento muy bien! ¡El Sol me ha curado!
Y, diciendo esto, daba saltos de júbilo que hicieron felices, muy felices y por muchos años, a mamá y a su hermanito.

Coldplay - Yellow


COLDPLAY - Yellow (English - Español - Lyrics - Subs)


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